Una caida en plena escala,
por una roca que le venció,
mi compañero se desangraba
sin que ayudarle pudiera yo.

Solo unos metros nos separaban
y yo sabia que iba a morir,
leí en sus ojos que me decía,
por mi no sufras que soy feliz.

Fumamos juntos un cigarrillo
cogió mi mano y la estrechó,
aquella mano antes con vida
junto a la mía muerta quedo.

Me enterrareis, me enterrareis,
en la montaña,
decia en broma,
y así ocurrió.

Su recio cuerpo
descansa en tierra,
su bella alma
al GOE II.