Con pasión por tu excelsa Bandera y orgullosos de nuestra vocación elevamos con gozo un canto al deber, unidad y honor.
Esta raza de hombres austeros no pregona más pretensión que poder ofrendarte una vida de servicio y pundonor.
Tú eres luz que esclareces mi andadura, tu libertad, la razón de mi existir, y, por mi honor, te prometo en este día, España mía, defenderte hasta morir.
Mi alma templó tu Academia Leridana donde aprendí a quererte con fervor una virtud que adorna y ennoblece a un soldado fiel