El sultán tenía una pipa de oro y plata,
con cien mil incrustaciones de hojalata,
como no tenía dinero para tabaco
se fumaba los pelillos del sobaco.
¡El Sultán, El Sultán!
El Sultán tenía una hija muy morena
que se metía mil picos por las venas,
como no tenía dinero para farlopa
esnifaba cola-cao como una loca.
¡El Sultán, El Sultán!
El Sultán tenía una cama de caoba
donde acuesta a su mujer y se la folla,
como no tenía dinero para condones
con alambre se anudaba los cojones.
¡El Sultán, El Sultán!